Me encanta este lugar porque no tiene nada aparte de arena y silencio. Se puede escuchar extraño pero el único ruido es el viento. Es increíble que un lugar sin nada pueda transmitir tanto, tanta paz y tanto amor. Estas fotos son del día de la famosa «super luna» jaja! Es la segunda vez que íbamos ahí Lety y yo, y la luna tardó un poco más en salir que el día anterior. Llegamos al atardecer y hubo un momento en que oscureció, para que más tarde saliera la luna brillante y con una luz preciosa.
Había luz suficiente para forzar un poco la sensibilidad de la cámara y hacer más fotos a puro pulso, porque no llevamos tripié! Muchos fotógrafos que andaban por ahí ese día si llevaron jajaja, nosotros preferimos no andar cargando tanto.
Les dejo con las fotos y les mando un abrazo con mucho cariño, sean muy felices! 😀